El cielo profundo
Muchos objetos celestes solo se ven (o al menos con buena calidad) bajo un cielo bien oscuro. Entonces ¡cojamos el telescopio y pongamos rumbo al campo!
Sirio y Orión. Foto de Cristian Fattinnanzi
Los grandes expertos en observación visual Wilhelm y Caroline Herschel no tenían el problema de la contaminación lumínica allá por el siglo XVIII. Pero ahora las fuentes de luz artificial aclaran cada vez más el cielo nocturno. La buena noticia es que para practicar la astronomía no hace falta subir a la montaña más alta o viajar hasta Namibia. Las zonas rurales alejadas de las grandes ciudades nos brindan una buena oportunidad para disfrutar de algunos de los tesoros extraordinarios que se esconden en la profundidad del cosmos.